Imagina que estás en un avión y, de repente, cae frente a ti una máscara de oxígeno. ¿Cómo respondes? La regla establecida es ponerte primero la máscara antes de ayudar a cualquier persona… ¡PRIMERO ME CUIDO!
CUIDAR DE TI, ponerte en primer lugar, es un acto de responsabilidad, respeto y amor hacia uno mismo y hacia los demás, para apoyar y acompañar efectivamente a quienes queremos cuidar.
Pero ¿qué es el autocuidado? Autocuidarse es todas aquellas acciones que eliges para alcanzar un estado óptimo de bienestar (físico, emocional, social, mental y espiritual). Implica hacerse cargo de uno/a mismo/a y ¿cómo logramos eso? Escuchando, sintiendo, cuestionando, aceptando y haciendo: ¿cómo está mi cuerpo? ¿y mis emociones? ¿qué necesito? ¿hay algo que pueda hacer para potenciar mi bienestar? ¿puedo hacerlo? ¿cómo?
¡Atiéndete! Atenderse no es sinónimo de ser egoísta, es indicador de que estás conectado/a contigo mismo/a, de que tomas el “timón” de tu barco y desde ahí, con tus necesidades tomadas en cuenta, eliges el rumbo que quieres tomar y puedes acompañar, cuidar y estimar a cuantas personas quieras De hecho, tener las necesidades cubiertas se relaciona con el estar más dispuesto a acompañar y dar soporte a otros sin drenarnos.
Pero es verdad que a momentos podemos experimentar dificultades para auto-cuidarnos. Caer en el día a día y estar de forma automática satisfaciendo lo que otros esperan de nosotros nos lleva a percibirnos, inconscientemente, como si fuéramos “haceres humanos” en lugar de “seres humanos”. Pero ¿qué crees? Realmente somos seres humanos y nos merecemos actuar como tal, te mereces cubrir tus necesidades físicas, emocionales, sociales, mentales y espirituales. Además, estudios demuestran que quienes practican el autocuidado están más capacitados para hacer frente a las situaciones que uno va viviendo y para acompañar a otros en los procesos que viven. Por ejemplo, los padres y las madres que tienen una rutina de autocuidado presentan menos fatiga, estrés, ansiedad, dolores físicos, etc. que aquellos que se dejan a sí mismos para el final.
¿Cómo puedo potencializar mi autocuidado? Escúchate, ¿qué necesitas? Establece una rutina diaria de tiempo para ti, puede ser desde elegir la canción que deseas escuchar, que te pide tu cuerpo comer, estirarte, hacer ejercicio, definir cómo te quieres sentir y que actividades puedes integrar para generarte esas emociones. Autocuidado también es aceptar que hay cosas que, aunque dolorosas, vale la pena mirar y hacerse cargo.
La terapia es ese espacio para identificar y darnos cuenta de lo que ya hacemos bien para cuidarnos, y lo que podríamos implementar para potenciar un bienestar óptimo. Es un sitio que permite comprender posibles bloqueos y resistencias que nos llevan a no ponernos en el lugar que nos toca, trascenderlos y recolocarnos, porque primero mi bienestar, primero me cuido.
Gabriela Rangel, psicóloga.
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