¿QUÉ HA SUPUESTO EN MI VIDA LA RESPONSABILIDAD?

Escribo este blog para poder ayudarte y acompañarte en tu proceso de transformación personal y a descubrir tu camino.

Quiero compartir mi historia y proceso de vida para demostrarte como el ser más responsable me ha llevado a transformar mi vida y descubrir mi camino.

Empezaré compartiendo una pequeña reflexión que te haga pensar y te ayude a detectar en qué punto estás y cómo te sientes.

Explicaré como era yo antes, las creencias y hábitos que tenía, como pensaba y como me relacionaba con los demás, hasta que descubrí el factor que cambiaría mi vida: la responsabilidad. Una palabra que me generaba rechazo y ahora me lo da todo.

Definiré la responsabilidad, hablaré de sus beneficios y lo complementaré con unos breves ejercicios que podrán ayudarte en tu proceso.

Si al finalizar esta lectura sientes que tú también necesitas este cambio en tu vida, yo te acompañaré para que puedas realizarlo de la manera más satisfactoria posible. 

Reflexión:

Los días pasan, todo avanza y yo soy uno más. Todo ha cambiado, pero nada ha cambiado. Atrapado en mi mundo no puedo salir, a la espera de que me den permiso, ese permiso que lleva controlando mi vida todos estos años. Voy ciego, sigo avanzando, pero no avanzo.

Me tiran al suelo y me obligan a volverme a levantar. Cada vez cuesta más, pero, acostumbrado, lo sigo haciendo porque no sé hacer otra cosa, obedecer para seguir igual. Todo se repite y, aunque no pueda más, no hago nada.

Culpar a los demás es el pan de cada día. Cuando no es por culpa de aquel o de aquello, es porque no sirvo o no tengo tiempo. Eso sí, las series de NetFlix las he visto todas y las historias de Instagram también.

Suerte tiene el que todavía trabaja y no está sumido en un ERTE. Hay otros en cambio, solo uno entre un millón, que se ha reinventado o está intentando hacer las cosas de otra manera. Pero yo, yo sigo igual. Nada ha cambiado, todo ha cambiado.

Cada mañana al despertarme me miro al espejo y pienso “sois todos unos cabrones” porque la culpa siempre es de los demás y al que le va bien es porque tiene suerte. Entro en ERTE y continúo pensando que el puesto de trabajo sigue siendo lo más seguro a día de hoy. Sin nómina y sin una estrategia de vida definida. Acostumbrado, sigo avanzando, pero no avanzo.

¿Hasta cuándo voy a seguir viviendo así? ¿Es eso todo lo que me quiero y valoro?

Estamos en el siglo XXI, la era de la información y la nueva consciencia. Todo ha cambiado, todos hablan de globalización, networking y teletrabajo. ¿Seré capaz de adaptarme a estos cambios? ¿Cómo lo voy a hacer? Todo se empieza por el principio.

Mi historia:

Tengo 31 años, nacido en Barcelona de padre abogado y madre adjunta a dirección. Soy el mediano de tres hermanos al que le detectaron déficit de atención a los 12 años. En mi familia abundaban los buenos resultados y el crecimiento. Sin embargo, yo era el único que no obtenía los resultados que esperaban de mí, siempre con mi energía puesta en otra parte. Siempre dependiendo de los demás y culpándoles de mis fracasos.

Después de años con medicación y refuerzo constante, me di cuenta que, cuando hacía algo que me gustaba de verdad y lo hacía a mi manera, podía estarme horas concentrado y el resultado era extraordinario (y todo esto sin tenerme que medicar). Descubrí que tenía una energía mágica y creadora. Detectaba mi manera y mi momento, creaba mi ritual y, ¡ale a disfrutar!

Dado que era una persona con una gran energía, que tenía facilidad de comunicación y don de gentes (solía caer bien a la gente y generaba buenos vínculos con los demás), decidí dedicarme al mundo comercial, a vender productos, relacionarme con los demás y empezar a ganar dinero. Ahora ya van 10 años de profesión.

Conseguí descubrir que no tenía un problema, sino una falta de conocimiento de cómo canalizar mi energía para destinarla a conseguir aquello que me proponía y me hacía feliz. Aunque esto no fue suficiente. ¿Qué me faltaba? ¿Cómo podía dejar de culpar a los que me rodeaban por lo que me había pasado? Y así, fue como descubrí la palabra que había estado odiando y evitando durante tantos años: la responsabilidad.

¿Por qué había vivido tantos años sin ser responsable? Me limitaban mis creencias, mis pensamientos y hábitos. Entonces, empecé a analizar. Soy un buen vendedor, buena persona con don de gentes y caigo bien a los demás. Pero, ¿qué estaba fallando? 

• Era reactivo y la planificación, más allá del objetivo mensual o anual que me marcaba la empresa, no entraba en mis planes.
• No tenía tiempo de ponerle remedio, el día tiene las horas que tiene. Era incapaz de generarme hábitos.
• Necesitaba crecer y ganar más dinero rápido, sin importarme a costa de que lo consiguiese. Solo quería vender.
• Tenía una mente pobre. El dinero me gustaba, pero no sabía gestionarlo.
• Para mí lo más importante era la venta y esa era mi única prioridad.
•  Siempre que algo salía mal, la culpa era de los demás. Criticaba, me quejaba y no avanzaba.

La responsabilidad:

¿Cómo me ha ayudado la responsabilidad a salir del bucle en el que me encontraba? Antes que nada, quiero compartir contigo qué es para mí la responsabilidad.

Para mí la responsabilidad es una toma de consciencia de uno mismo y de todo lo que uno hace en la vida. Ser responsable solo te aporta beneficios. Permite conocerte y tomar las riendas del control de tu vida, saber lo que quieres en cada momento. Vivir desde el amor y la pasión, definir tus propios valores, generar hábitos y buscar soluciones frente a los problemas, entendiendo y respetando siempre a los demás. Para mí la responsabilidad también es aprender constantemente, no depender de nadie más que de ti mismo y ser capaz de adaptarte a cualquier situación.

¡Ya no hay excusas, todo son soluciones! Te adaptas, te formas constantemente, avanzas.

¿Qué cambios me ha aportado a mi vida entender y conocer esta palabra?

• Soy consciente de lo que hago, me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor y soy yo quien toma las decisiones en mi vida.
• Cuando me equivoco, antes de poner una excusa y culpar a otro, lo reconozco, aprendo y mejoro.
• Si tengo algún bloqueo o patrón que noto que se repite, lo evalúo y lo trabajo.
• Detecto cual es el curso de mi camino, hacia donde quiero ir y cómo puedo continuar creciendo.
• He definido mis propios valores y esto hace que sea seguro de mí mismo.
• Me planifico y me organizo. Ya no soy reactivo. Soy capaz de anticiparme a lo que va a venir y trabajar para adaptarme a ello.
• Por fin he logrado identificar las seis áreas de la vida en las que quiero trabajar para conseguir un equilibrio día a día (salud, familia, profesional, formación, social y cultural, valores éticos y espirituales).
• Al saber lo que quiero y escuchar mi camino, vivo con amor, con pasión y disfruto cada momento.
• Me mantengo en un aprendizaje constante. Cuando la vida me lleva a descubrir algo nuevo, indago y aprendo de ello.
• Eliminé las creencias limitantes de mi vida, entendí cómo funciona el flujo energético y del dinero y esto me permite ser abundante. 

Alex Servat Amat, mind coach.

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